Extracto de noticia publicada en Diario-Noticias de Alava.
Alrededor de 20.000 musulmanes residentes en el País Vasco han
comenzado el Ramadán, un mes de ayuno diurno en el que esta creciente
comunidad celebrará la revelación al profeta Mahoma de los versos del
Corán, un libro sagrado que ya cuenta con su versión en euskera, un
paso más hacia la integración
Desde las 6.15 hasta las 20.15 horas, desde el alba hasta el ocaso, se
impuso el primer ayuno del mes. Durante los próximos 29 ó 30 días (todo
depende de la luna) se abstendrán de comer, beber, fumar y mantener
relaciones sexuales durante las horas de sol. Pero no sólo eso. No
mentir, no calumniar, no hablar mal de alguien a sus espaldas, no dar
falso testimonio y no codiciar ni ambicionar, obligaciones de todo
musulmán en cualquier época del año, estarán más presentes que nunca.
Y como, además, Ramadán es tiempo de oración, las cerca de veinte
mezquitas en activo en la comunidad autónoma viven en esta época su
momento de mayor auge con una importante novedad. "Este año, por
primera vez, vamos a organizar charlas y conferencias en euskera.
Durante el Ramadán, estarán dirigidas especialmente a la comunidad y,
posteriormente, se abrirán también a quienes no sean musulmanes". Lo
explica Abu Faruk Ahmed El Hanafy, emir de la mezquita Assalam de
Bilbao y presidente de la Unión de Comunidades Islámicas del País
Vasco, quien asegura que, "aunque es cierto que todavía la mayoría de
los integrantes de la comunidad somos inmigrantes, nuestros hijos son
vascos y hablan euskera, al igual que muchos nuevos musulmanes nacidos
aquí".
Para difundir la importancia del Ramadán, "mes de
purificación, de agradecimiento, de celebración espiritual y también
social", se valdrán este año por primera vez de una valiosa
herramienta, porque el libro sagrado del islam cuenta ya con su versión
en euskera. "A iniciativa del Departamento de Teología de la
Universidad de Deusto se ha publicado una explicación en vasco del
Corán en la que pudimos colaborar desde la asociación. Hay que dejar
claro que no es una traducción, ya que la palabra sagrada tiene que ser
escrita en árabe, pero es un elemento fundamental para la integración",
matiza el emir.
Si bien la prestación de servicios en euskera supone un avance en la
integración y la difusión de esta religión minoritaria, la comunidad
islámica se enfrenta aún a grandes retos en el País Vasco. La apertura
de más lugares de culto, por ejemplo, es una necesidad de primer orden.
En Bilbao disponen de dos mezquitas, Assalam y Bader, donde cada viernes se celebra la oración principal (salat yumaa
). También existen otras dos salas de oración en la capital vizcaína,
así como en Durango, Ermua, Mungia, Gasteiz (al menos tres salas),
Eibar, Errenteria, Zumarraga, Azkoitia, Azpeitia, Irun, Beasain, Orio y
Altsasua. "Y se quedan pequeñas, sobre todo en Ramadán. Hay que tener
en cuenta que hay unos 20.000 musulmanes en Euskadi y, en un mes como
éste, acuden cientos o miles a cada mezquita", señala Abu Faruk Ahmed
El Hanafy.
A la falta de lugares de culto, se une también una
importante carencia en el sistema educativo. "Este año, por primera
vez, quizá tengamos la posibilidad de contar con clases de religión
islámica en colegios vascos", apunta el emir. Más de medio centenar de
padres y madres de Eibar y Bilbao han reivindicado su derecho a educar
a sus hijos en este culto y, a pocos días de empezar el curso, esperan
aún la autorización ministerial.
Los musulmanes del País Vasco
se encuentran también con importantes inconvenientes a la hora de
llevar a cabo tareas tan rutinarias como hacer la compra. En todo el
Estado, sólo una veintena de mataderos sacrifican a los animales de
acuerdo con la sharia , la ley islámica. En Zestoa se ubica uno
de ellos y sirve a media docena de carnicerías vascas. Allí, las reses
cuelgan degolladas mirando a La Meca mientras se desangran hasta la
última gota.